El silencio alivia el dolor.
Nadie te lo había dicho así, estoy segura. No se ha hecho ningún estudio
especifico sobre este tema, sin embargo, si se ha estudiado el efecto del
silencio sobre el estrés y ha sido bastante revelador.
Si no existiese el ruido, el silencio tampoco. Te digo esto porque, gracias a que vivimos en un mundo ruidoso podemos apreciar los beneficios de silenciarlo. La raíz latina de la palabra ruido en ingles: “noise” es “noxa” que significa daño, dolor. Así que me concedo la libertad de decir que, la ausencia de ruido, ósea, el silencio, puede interpretarse como ausencia de daño, de dolor.
Algunos beneficios del silencio
- Reduce el estrés
El ruido genera estrés, aumenta la frecuencia cardíaca y por ende produce alteraciones en nuestra salud. El silencio tiene el efecto contrario. En un estudio en el que se estudiaba el efecto de la música en el cerebro de personas con hipertensión, se descubrió, por accidente, que los espacios de silencio entre canción y canción, producían efectos relajantes en áreas del cerebro relacionadas con la atención. La sobre estimulación auditiva agota nuestro cerebro y genera estrés.“La música no esta en las notas sino en el silencio entre ellas”
A. Mozart. - Estimula la creación de neuronas
El silencio estimula la neurogénesis. Un grupo de investigadores descubrió que los ratones expuestos a 2 horas de silencio diario desarrollaron nuevas neuronas en el Hipocampo, una zona del cerebro relacionado con la memoria y el procesamiento de las emociones. - Potencia nuestro funcionamiento cognitivo
Aislarse de la actividad acústica permite el descanso de zonas del cerebro que perciben la diferencia entre estimulación y falta de ella, y la segunda posibilita el ahorro de energía que desacelera el desgaste. Un cerebro sano y energéticamente equilibrado proporciona el espacio ideal para el desarrollo de la memoria a largo plazo. Revisa un estudio aquí. Veamos en silencio de manera más personal. Silencio es ausencia de sonido o ruido. Pero estar callados no es, necesariamente estar en silencio.El silencio que yo suelo practicar le he dado un nombre: silencio elegido.
El silencio elegido es una forma de meditación. Lo llamo silencio elegido porque a veces hay silencios en nuestras vidas que están llenos de pensamientos, de ideas y por lo tanto no son silencios reales, son silencios a los que llegamos por la ausencia de palabras o estímulos en un momento determinado de nuestro día.
“El camino a todas las cosas grandes pasa por el silencio” Frederich Nietzsche
El silencio elegido es un momento santo contigo misma/o. Un punto de inflexión en el que te permites escucharte realmente. Es convertirte en un observador silencioso de tu propio ruido interno. Nuestra mente nunca se queda en blanco, por eso es necesario contemplar la cháchara constante en nuestra cabeza. Tu sabiduría se desvanece si no eres capaz de atender deliberadamente a tu intuición, a tu voz interior, a tus pensamientos. Si no conoces el contenido de tu mente, no te conoces realmente.
“La pura observación es transformadora, no hay arma más eficaz que la atención” Simone Weil
El silencio elegido es una forma de parar. De hacer STOP y dejar que la rueda de la inercia siga dando vueltas mientras tú esperas pacientemente a que se detenga y puedas descansar.
“Comencé a sentarme a meditar en silencio y quietud por mi cuenta y riesgo, sin nadie que me diera algunas nociones básicas o me acompañara en el proceso. La simplicidad del método – sentare, respirar, acallar los pensamientos… – y, sobre todo, la simplicidad de su pretensión – reconciliar al hombre con lo que es – me sedujeron desde el principio… enseguida comprendí que se trataba de aceptar con buen talante lo que viniera, fuera lo que fuera.”
( Extracto del libro: La biografía del silencio. Pablo D’ors)Estar callado es fácil, estar en silencio, no lo es.
Hay personas que me han contado que les produce ansiedad. La primera vez que me senté a meditar en silencio en un retiro de 8 horas de meditación, mi boca estaba cerrada, no emitía ningún ruido, todos en la sala estábamos en completo silencio… pero mi cabeza gritaba con fuerza todas las excusas posibles que podía inventarse para salir de ahí. Pero decidí quedarme y vivir la experiencia.
La práctica de silencio elegido fortalece tu convicción y refuerza tu voluntad
En resumen, si el silencio reduce el estrés, el silencio puede aliviar el dolor.
Cuando te sientas en silencio amplías tu foco de atención y te permites dejar de enfocarte en algo especifico, ya sea agradable o desagradable, descubres que hay más, mucho más.
Cuando vuelva del retiro te cuento que tal ha ido…